Por obvias razones la madera que se usa en exteriores ha de ser resistente a los efectos del clima y del tiempo, proveyendo de seguridad a la construcción y ademas ha de verse bien como elemento decorador de fachadas.
Aun así, la madera requerirá que a la labor también se le invierta elementos para cumplir su función, como protección con lacas, mantenimiento contra polillas y termitas (generalmente previo a la construcción, la madera ya recibe un tratamiento en este sentido que después habrá que cuidar) y reemplazo o restauración de piezas con el pasar de los años.
Es de suma importancia cuidar el tipo de madera para que esta no ceda ante la humedad y el calor del sol, cosas que pueden llegar a separar, trizar, hinchar o doblar las piezas vulnerando a toda la construcción. De allí que la asesoría profesional sea invaluable.